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En Verdad o Absurdo, el lenguaje de lo pictórico en sí mismo prevalece y se va haciendo cada vez más sutil en términos de intervención. Concentraciones de materia, señalamientos o interconecciones que abren paso a espacios intermedios entre la acción, el gesto y lo que se esconde. Una suerte de espacio liminar entre lo que es y su potencialidad de expandirse. El soporte tela también se hace mínimo, transparente, dejando entrever atmósferas extrañas o luces inexistentes.
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